Telefónica I+D, la empresa del Grupo Telefónica dedicada a la Innovación y el Desarrollo, nace en 1988 con la misión de contribuir a la competitividad y modernidad del Grupo. Desde entonces han pasado 27 años, ¿cuál es el balance general que realizan?, ¿han cumplido los objetivos?

El balance es muy bueno. Lo más importante es que en cada momento hemos sido capaces de reinventarnos para aportar lo que Telefónica necesitaba. Nada tiene que ver la empresa que se creó en aquel entonces con la que tenemos ahora. Comenzamos en un entorno en el que Telefónica era el único operador en el mercado español y hemos vivido los procesos de liberalización del sector y de internalización de la compañía. También hemos visto evolucionar a una organización que básicamente ofrecía servicios de comunicación de voz, a la actual Telefónica, en la que los servicios de comunicación de datos, el video o el M2M son parte esencial del mix de productos que ofrecemos a nuestros clientes. Telefónica I+D ha estado siempre ahí apoyando al negocio.

¿Cuáles han sido los principales hitos de Telefónica I+D en estos años?

Telefónica I+D ha sido protagonista activa de todos los grandes hitos que han ocurrido en el mundo de las telecomunicaciones de España durante los últimos años.

Los años más primitivos vienen marcados por el desarrollo de las redes de comunicación de datos con la puesta en marcha de los nodos Tesys, que fueron pioneros en el mundo por ser los precursores de lo que hoy es Internet. En aquella época, su uso principal fue la comunicación de los centros de datos de las grandes empresas. Años más tarde, Internet llegaría a España de la mano de Infovía, que fue también un producto desarrollado por Telefónica I+D.

También estuvimos presentes en la llegada de los servicios de televisión a través de las tecnologías ADSL, con el servicio Imagenio que, una vez más, fue pionero en el mundo. Más adelante, Telefónica I+D ha seguido participando en la evolución de nuevas funcionalidades. Mención especial merece el servicio Movistar Go, recientemente lanzado, que permite acceder a los servicios de vídeo de Telefónica desde cualquier dispositivo.

En el camino, Telefónica contribuyó en el despliegue eficiente de las sucesivas tecnologías de red, desde la fibra óptica a las distintas tecnologías móviles, incluyendo sistemas capaces de automatizar las tareas de mantenimiento y operación de nuestras redes para convertirlas en las más fiables del mercado.

En la actualidad, Telefónica I+D sigue creando productos que nos permiten ir más allá de nuestros competidores. Entre ellos nombraría Tu Go, que transforma el número de teléfono en una aplicación de forma que se pueden recibir y enviar llamadas desde ordenadores o tabletas. Se trata de un servicio diferencial que va más allá de la oferta estándar de un operador de telecomunicaciones. Asimismo, hemos desarrollado el sistema operativo para móviles FirefoxOS, que ha permitido democratizar el teléfono inteligente al permitir dispositivos de solo 25 dólares.

¿Qué retos se marcan de cara al futuro?

Estamos centrados en ayudar a la compañía en su camino de transformación hacia una telco digital, desde una empresa donde las comunicaciones de voz suponían la mayor parte de sus ingresos, a una compañía diversificada alrededor de una amplia gama servicios de comunicación.

Nuestro reto ahora es ser capaces de generar nuevas fuentes de ingresos que van a permitir compensar la caída de los negocios más tradicionales y ser capaces, con ello, de mantener una historia de crecimiento. Buscamos nuevos productos digitales que aprovechen los activos diferenciales de nuestra compañía y que nos permitan posicionarnos como uno de los agentes clave del nuevo ecosistema digital.

¿Podría explicarnos de forma genérica la metodología que utilizan en sus proyectos de innovación?

Nuestros proyectos de innovación siguen un modo de funcionamiento muy similar al de las startups, pero dentro del ámbito de una empresa. De hecho, se nos ha reconocido como una de las empresas pioneras en el mundo en aplicar lo que se conoce como metodología “lean startup”. Por ello, nuestra experiencia se enseña como ejemplo a seguir en los programas ejecutivos de la Universidad de Berkeley, que son la referencia en este ámbito.

En esencia, los proyectos empiezan con pocos recursos y buscan desde el primer día validar las propuestas con clientes reales. A medida que estas interacciones van dando resultados positivos, los proyectos reciben más financiación, de la misma manera que una startup opta a sucesivas rondas de financiación. Si todo va bien, con el tiempo, el producto creado se incorporará al portfolio de Telefónica y seguirá el proceso de evolución del resto de productos de la compañía.

Los beneficios de aplicación son fundamentalmente dos: por un lado somos mucho más eficientes con los recursos que empleamos en la innovación y, por otro, somos capaces de generar productos con mayores probabilidades de éxito que con las técnicas que utilizábamos antes.

Actualmente TID colabora con numerosos líderes tecnológicos y organizaciones de 40 países, ¿en qué consisten estas colaboraciones y qué significan para la compañía?

Son de muy diferente tipo y van desde la colaboración con expertos individuales hasta la coordinación de grandes actividades conjuntas. En este sentido, me gustaría destacar la actividad que estamos realizando para liderar el proyecto Fiware, donde se está aplicando tecnología abierta que servirá de base para que pueda desarrollarse el Internet de las Cosas, con un énfasis especial en el desarrollo de las ciudades inteligentes.

¿Qué opina de la innovación abierta? ¿La considera una alternativa eficaz para que empresas sin recursos propios puedan asumir el desarrollo de proyectos innovadores?

En un mundo global y tan complejo como el actual es realmente complicado pensar en modelos de innovación completamente aislados. Las redes de colaboración han demostrado que son mucho más eficientes a la hora de desarrollar nuevas tecnologías y convertirlas en productos innovadores.

La innovación abierta hay que entenderla como una participación en un ecosistema de innovación global. No se trata, como algunos piensan, de simplemente permanecer al margen y comprar las tecnologías que se necesitan en cada momento. Lo que funciona es la combinación entre el trabajo interno y la aportación de socios externos que proporcionan conocimientos o capacidades no existentes en nuestra empresa.

Estamos en la era de lo que se llama “recombinant innovation”, que se caracteriza porque la inmensa mayoría de las invenciones están surgiendo como mezcla de innovaciones anteriores a las que se añade un componente adicional. En este entorno, la innovación abierta es una necesidad.

Recientemente hemos conocido que la inversión privada en I+D en España supera a la inversión pública, ¿cree que esta seguirá siendo la tendencia en los próximos años?

Lo que ha ocurrido es que es que la inversión pública ha caído un poco más que la inversión privada y eso ha hecho que, en términos relativos, la inversión privada sea ahora mayor. De cara a los próximos años sería deseable un aumento notable, sobre todo, de la inversión privada para poder alcanzar los niveles de los países de nuestro entorno.

Es de esperar que la mejora económica en España lleve a un aumento de la inversión privada en I+D, pero, probablemente, eso va a insuficiente para resolver el problema estructural de la falta de inversión en I+D en España.

En nuestro país hay pocas empresas que invierten en I+D, solo unas 10.000 del total de 3,5 millones. Las más grandes invierten en niveles adecuados al sector en el que se encuentran, por lo que no se pueden prever grandes crecimientos aquí, ya que una empresa grande en un sector intensivo en I+D no se crea de la noche a la mañana.

El crecimiento tiene que venir, en el corto y medio plazo, de que la pequeña y mediana empresa asuman el reto de invertir en I+D. Mientras esto no ocurra, va ser difícil que veamos cambios significativos más allá de los motivados por los vaivenes de la coyuntura económica.

Por último, nos gustaría saber ¿qué consejo le daría a las pequeñas empresas para que puedan ser más innovadoras?

Como decía antes, el problema es que hay pocas pequeñas empresas en España que se dedican a la I+D. No se trata tanto de ser más innovador sino de empezar a serlo. Es la misma mentalidad excesivamente conservadora que les hace autolimitarse en su capacidad de crecer y expandirse a otros mercados.

Es decir, lo que es necesario es que se atrevan a dar el paso. Tienen el ejemplo de las pequeñas empresas que se han visto forzadas por la crisis económica a buscar la internacionalización para poder vender sus productos y que ahora se alegran de haber tenido que emprender ese camino. Con la innovación ocurre lo mismo: aumenta la competitividad de las empresas y las hace capaces de abordar nuevo mercados y, con ello, una senda de crecimiento. Necesitamos que nuestras pequeñas empresas crezcan.

Y la innovación no tiene por qué ser cara. Utilizando metodologías lean, como las que usamos nosotros, se pueden probar nuevas ideas por muy poco dinero y solo dedicar recursos importantes en caso de que el mercado responda positivamente.